Encontraron resto de yodo en una partida de esa mercadería, lo que causó alarma en la población.
Restos de yodo radiactivo fueron hallados en el agua corriente de Tokio y zonas aledañas a la capital japonesa, al igual que en leche y espinacas cultivadas en áreas cercanas a la central de Fukushima, seriamente dañada, luego del sismo que se registró la semana pasada.
El vocero oficial, Yukio Edano, afirmó que en la leche producida en la Prefectura de Fukushima y en las espinacas cultivadas en el área vecina de Ibaraki "se registraron niveles de radiactividad "fuertemente superiores" a lo normal.
Edano, en declaraciones a periodistas, agregó que se efectuaban controles para establecer hacia dónde fueron enviadas las últimas partidas de estos productos para secuestrar la mercadería y evitar que sean consumidas por la población.
Si bien, Edano aseguró que estos índices de contaminación no presuponen un riesgo para la salud, luego la alarma se profundizó cuando la agencia de noticias Kiodo informó que trazas de yodo radiactivas fueron halladas en el agua corriente de Tokio y en zonas aledañas, lo que causó temor entre esa población de 35 millones de habitantes.
Fuentes oficiales dijeron que se detectaron rastros de yodo radiactivo y cesio en el agua corriente que llega a las casas en las prefecturas de Tokio, Tochigi, Gunma, Saitama, Chiba y Niigata.
Según el reporte, las tasas más altas se registraron en Tochigi, con 77 bequerelios por kilogramo de agua de yodo radiactivo y 1,6 becquerel por kilogramo de agua para el cesio. Los niveles no deben superar los 300 bequerelios en el caso del yodo y los 200 para el cesio.
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