Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Gary Weddle quedó tan afectado por la tragedia que olvidó por completo afeitarse. Una semana más tarde, decidió que no se rasuraría hasta que el líder terrorista de la red Al Qaeda, Osama bin Laden, fuese atrapado.
Cinco años más tarde, Weddle, un maestro de 46 años, proveniente de Washington, tenía una barba de más de 40 centímetros que comenzó a llenarse de canas.
Al inicio de cada año lectivo, el profesor de ciencias explicaba a sus alumnos de secundaria la razón por la que decidió dejar crecer su barba. “Todavía me conmuevo cuando pienso en las familias que perdieron a sus seres queridos. No creo que nadie pueda tener paz hasta que ese tipo (Bin Laden) sea atrapado”, dijo.
Este lunes, a 10 años de la tragedia, Weddle cumplió su promesa y ahora es un hombre diferente, no sólo por la satisfacción de que se ha hecho justicia con la muerte del terrorista, sino porque finalmente ha afeitado su larga barba.
Fuente: panorama.com.ve
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