(BBCMUNDO) – ¿Cómo saber si uno ha sido víctima de un ataque y, específicamente, del robo de datos personales?
“En general es difícil determinar si tienen nuestra información, porque juegan a las escondidas en internet; suelen actuar de forma subrepticia, recorriendo los vericuetos de la red, para desarrollar sus actividades sin ser detectados, salvo algunos “hacktivistas” a los que les gusta difundir sus travesuras”, dice Robert Rachwald, director de estrategia de la empresa estadounidense de seguridad informática Imperva.
No obstante, Rachwald afirma que, a pesar de estas dificultades, el usuario común puede detectar algunos síntomas: que la computadora y la conexión de internet se vuelven inusualmente lentas o corren programas extraños porque los hackers usan sus recursos, o que “tus amigos reciben e-mails tuyos promocionando cosas como el Viagra”.
Al parecer, en el caso del correo electrónico resulta más sencillo detectar si uno ha sido blanco de un ciberataque.
“Hay un método muy fácil para saber si la contraseña de tu e-mail se ha visto comprometida y están intentado acceder a tu cuenta”, explica Javier de la Chica, gerente de seguridad informática de la empresa Altran e investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, en España.
“Lo más sencillo es entrar, por ejemplo, al Gmail, cambiar la clave y cerrar la sesión. Si hay alguna persona conectada con tu nombre de usuario, se va a desconectar automáticamente. O bien te va a salir un mensaje de aviso de que hay otra sesión abierta”.
“Este principio se puede aplicar a otras cuentas de e-mail y a las redes sociales”. ¿Pero qué pasa si uno mismo tiene varias sesiones abiertas de una misma cuenta de correo electrónico, por ejemplo en la computadora y en el teléfono inteligente? ¿Puede ello generar una falsa alarma? ¿Y cómo evitar que esto suceda?
“Hay que configurar los navegadores de forma tal que, al salir, se cierren todas las sesiones, se haga una limpieza de los cookies y del caché. Es la forma más segura que existe. Si uno hace esto, el mensaje de que otra persona está usando nuestra cuenta de e-mail es confiable”.
Finalmente, los especialistas apuntan otro síntoma al que debe prestarse atención: si uno recibe correos fraudulentos de supuestos bancos o empresas que lo invitan a enviar datos personales, es porque algo anda mal.
Herramientas
Ante la profusión de ciberataques, han surgido una serie de programas pagos y gratuitos para proteger aún más la privacidad, además de los clásicos paquetes de software de antivirus y seguridad en internet.
Asimismo, han aparecido algunas herramientas online-con limitaciones- para enterarse si uno ha sido víctima de los hackers. El diario estadounidense The New York Times recomienda una de fácil uso, creada por un especialista en seguridad informática, que se llama apropiadamente: ¿Debo cambiar mi contraseña?.
Lo que hace es verificar si la contraseña del e-mail personal se ha visto comprometida y necesita ser reemplazada con urgencia. Para comprobarlo, usa bases de datos difundidas por los propios hackers luego de sus ataques.
Con todo, Robert Rachwald, de Impega, advierte que herramientas como éstas tienen un alcance limitado, porque “no siempre los hackers difunden sus botines”.
Ojo con la contraseña
Usar distintas claves en diversos sitios de internet es la recomendación básica que suelen hacer los expertos en informática.
Sin embargo, la mayoría de los internautas están en deuda en esta materia. Por ejemplo, un informe reciente de la compañía de seguridad en internet Bit Defender concluyó que más del 75% de los usuarios usan la mismas contraseñas para el e-mail y las redes sociales, lo que los coloca en serio riesgo de ser víctimas de los hackers.
Algunos de los consejos para mantener un sitio web seguro son los siguientes:
- Las claves deben ser largas y robustas, es decir, incluir letras mayúsculas y minúsculas, números, algún caracter y no tener significado alguno. Para poder recordarla, una contraseña puede ser extraída de una frase larga.
- Crear un grupo de cuatro o cinco claves.
- Usar una de esas contraseñas para todos los sitios que requieran menos seguridad, otra para las redes sociales, otra para las cuentas de e-mail, otra para las web que contengan información sensible como los datos de la tarjeta de crédito, y la más segura de todas para la banca online.
- Cambiar las claves regularmente.